La gran religión politeísta.
Ahora que estamos en Semana Santa y la cosa viene como más a cuento, me gustaría hablar del Cristo del Gran Poder, San Francisco de Asís, la Virgen de la Macarena, Santa Rita, el Cristo de los Faroles... aunque los meteré todos en el mismo estante: junto al Becerro de Oro.
Empecemos primero por el grupo de las especialidades. Y es que no nos gusta eso de la ventanilla única, que el dolor de muelas es del dentista, la gonorrea del dermatólogo y el glaucoma de Santa Lucía. Zapatero a tus zapatos, que el que mucho abarca, poco aprieta... por muy Dios que sea. Además, que andar pidiendo un empaste a tan altas instancias, como que nos parece exagerado; que siempre hay alguien que sufre más y Dios, incluso con su ubicuidad y omnipotencia, nos parece que debe andar estresado y con su habitual y bíblico mal genio.
Sigamos por los nacionalismos, pues no está bien tenerle fe al Santo o Virgen del pueblo de al lado, o incluso de otro barrio si de capital hablamos. Que al nacer te hacen socio de una estampita y has de ser forofo hasta la muerte. A saber: Ribeiro en Galicia, cava en Catalunya, manzanilla en Sevilla y que no me saquen de ahí, que lo demás es traición a la cuna y está mal visto chupar de otra teta.
Esto me lleva a contar una anécdota del pueblo de mi padre, que ya tenía yo ganas. Y es que allí le tenían devoción a San Juan Bautista y lo sacaban de la iglesia con gran alborozo y tal y tal, hasta que un día la imagen, de brutos que son los mozos, cayó de su pedestal desnucando al San Juan. Después de superar el susto y las primeras curas del imaginero de turno, decidieron reconvertir el incidente en señal y, en vez de echarle pegamento al asunto, le pusieron al Santo la coletilla de "Degollao", que encajaba con la tradición escrita de este santo, además de la revalorización gore que tanto agrada a la tradición cristiana. Desde entonces y por su singularidad, este santo ha prosperado mucho en devociones.
Saludos.
Empecemos primero por el grupo de las especialidades. Y es que no nos gusta eso de la ventanilla única, que el dolor de muelas es del dentista, la gonorrea del dermatólogo y el glaucoma de Santa Lucía. Zapatero a tus zapatos, que el que mucho abarca, poco aprieta... por muy Dios que sea. Además, que andar pidiendo un empaste a tan altas instancias, como que nos parece exagerado; que siempre hay alguien que sufre más y Dios, incluso con su ubicuidad y omnipotencia, nos parece que debe andar estresado y con su habitual y bíblico mal genio.
Sigamos por los nacionalismos, pues no está bien tenerle fe al Santo o Virgen del pueblo de al lado, o incluso de otro barrio si de capital hablamos. Que al nacer te hacen socio de una estampita y has de ser forofo hasta la muerte. A saber: Ribeiro en Galicia, cava en Catalunya, manzanilla en Sevilla y que no me saquen de ahí, que lo demás es traición a la cuna y está mal visto chupar de otra teta.
Esto me lleva a contar una anécdota del pueblo de mi padre, que ya tenía yo ganas. Y es que allí le tenían devoción a San Juan Bautista y lo sacaban de la iglesia con gran alborozo y tal y tal, hasta que un día la imagen, de brutos que son los mozos, cayó de su pedestal desnucando al San Juan. Después de superar el susto y las primeras curas del imaginero de turno, decidieron reconvertir el incidente en señal y, en vez de echarle pegamento al asunto, le pusieron al Santo la coletilla de "Degollao", que encajaba con la tradición escrita de este santo, además de la revalorización gore que tanto agrada a la tradición cristiana. Desde entonces y por su singularidad, este santo ha prosperado mucho en devociones.
Saludos.
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